José Luis Ábalos es una pieza fundamental para el PP, precisamente por las muchas sombras que lo rodean, cruzándose al escándalo de las mascarillas con el caso del Delcygate y, por extensión, las relaciones profesionales de Begoña Gómez. Los populares ven campo abierto para apretar al exministro y achicar el cerco de las ramificaciones de la trama.
Aunque se niega a contestar a casi ninguna de las preguntas y es que Génova acusa al PSOE de tener sellado un pacto de no agresión con quien fuera su secretario de organización. La decisión de los socialistas es eludir la confrontación con él. Precisamente con Ábalos expulsado al grupo Mixto, Ferraz cree suficiente su control de daños.
Las derivadas sobre Francina Armengol o Ángel Víctor Torres quedan a expensas de los avances judiciales, porque la sensación interna sigue siendo la misma que José Luis Ábalos conserva el aforamiento, por si al final concurren indicios contra él y el juez eleva la instrucción al Supremo.