Funcionarios estadounidenses confirmaron el miércoles que Washington había suspendido un envío de bombas de 2.000 libras a Israel por temor a que fueran utilizadas en Rafah sin un plan suficiente para los civiles allí. Esta decisión de detener el envío de lo que probablemente sean MK-84 –una de las municiones más destructivas utilizadas por los ejércitos occidentales– se produce en momentos en que el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu redobla su determinación de lanzar un ataque terrestre letal en Rafah a pesar de las advertencias de Estados Unidos.
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