Decenas de miles de niños esperan medicamentos para tratar los efectos de la hambruna que asola Gaza, según Naciones Unidas. La situación de entrada de alimentos ha empeorado desde que el Ejército israelí, desoyendo las órdenes de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, invadiera Rafah, el sur de la Franja, y tomara el control del paso con Egipto.
En este contexto se está desarrollando este martes la Conferencia Internacional sobre la Respuesta Humanitaria de Emergencia para Gaza, en el mar Muerto, al suroeste de Jordania. A la reunión, organizada por Jordania, Egipto y Naciones Unidas, han asistido jefes de Estado y representantes gubernamentales de 75 países, incluida España, con el presidente Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares a la cabeza. El objetivo es acordar “pasos prácticos” para la entrega de ayuda “de manera inmediata, adecuada y sostenible” a Gaza. Se ha ofrecido ayuda aérea por helicóptero, buques repletos de alimentos, hospitales de campaña y evacuación de niños heridos. Pero todo debe esperar a que Israel y Hamás detengan los combates.
Allí, el presidente, Pedro Sánchez, ha anunciado un paquete extra de 16 millones de ayuda humanitaria para Gaza. “Esta reunión se produce en un momento crucial. La situación es más grave que nunca. La tragedia se está desarrollando no muy lejos de donde estamos”, ha dicho el presidente en la Conferencia. “Acogemos positivamente la resolución del Consejo de Seguridad de propuesta de Estados Unidos para el alto el fuego. Lo hemos pedido durante meses. Instamos a Hamás e Israel a que actúen de forma responsable y aprovechen la oportunidad que se nos brindan los esfuerzos de EEUU, Qatar y Egipto”.
Los asistentes están pidiendo un plan de reconstrucción urgente de la franja, especialmente tras la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en apoyo a la propuesta de tregua del presidente estadounidense, Joe Biden. La decisión, aprobada el lunes por 14 votos a favor con la única abstención de Rusia, pide un alto el fuego y el intercambio de rehenes y prisioneros, además de “garantizar el acceso de ayuda humanitaria suficiente y sostenible a todas las partes”.
Sánchez recoge apoyos
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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha aprovechado la conferencia para reunirse con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Han hablado sobre todo de la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de este lunes, una esperanza compartida es que se aplique cuanto antes para que llegue por fin un alto el fuego que lleva defendiendo España desde hace meses, informan fuentes del Gobierno desplazadas a la región. Guterres ha agradecido “muy sinceramente” el apoyo de España a la labor de la ONU, crucial en estos momentos en los que Israel carga contra la organización y las agencias que, como la UNRWA, ayudan a los palestinos.
La decisión de reconocer el Estado Palestino le ha dado un enorme prestigio en la región, aseguran las mismas fuentes, y así se lo han ido subrayando distintas delegaciones a la española en la reunión de Jordania. Se lo agradecen como “un paso valiente y de justicia hacia la paz”.
Sánchez se ha visto también con el primer ministro de Eslovenia, Robert Golob, a quien ha agradecido su reconocimiento del Estado palestino, junto con España, Noruega e Irlanda. El presidente se ha reunido también con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel y el primer ministro de Líbano, Najib Mikati.
Desastre humanitario sin precedentes
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El rey Abdalah de Jordania, anfitrión de la cita, ha apuntado a la “posibilidad de usar helicópteros en cuanto se alcance el alto el fuego” para repartir ayuda, porque “la respuesta humanitaria internacional no ha estado a la altura y nos hemos encontrado obstáculos a todos los niveles”.
La situación humanitaria en Gaza es dramática. Además de constituir una de las mayores matanzas de este siglo, en términos de personas muertas por día, según los datos del ministerio de salud gazatí, la gran mayoría de las infraestructuras de la Franja han quedado totalmente destruidas. Llevará muchos años solo eliminar los escombros. Luego hay que reconstruir los servicios básicos: hospitales, colegios, panaderías, tendido eléctrico y de agua.
“Estos ocho meses de sufrimiento en Gaza superan cualquier cosa que yo haya podido ver como secretario general”, ha dicho Antonio Guterres, máximo responsable de Naciones Unidas. “Las condiciones son deplorables. La situación de la sanidad pública supera cualquier nivel de crisis, no hay medicamentos y los hospitales están destruidos. Se enfrentan a una hambruna terrible. Más de 50.000 niños tienen que ser tratados por malnutrición severa. Se impide el acceso a la ayuda humanitaria. Se tienen que cancelar las misiones por cuestiones operativas o de seguridad. Tras el ataque a Rafah, el flujo de asistencia humanitaria a la población de Gaza se ha reducido en dos tercios”.
La operación militar israelí en el campo de An Nuseirat la semana pasada para rescatar a cuatro rehenes provocó un total de 1.000 personas entre muertos (cerca de 300) y heridos, según el último informe de Naciones Unidas de este martes. El hospital de Al Aqsa en Deir al Balah opera cinco veces por encima de su capacidad con solo un generador eléctrico. Hay más de 330.000 toneladas de residuos acumulados cerca de pueblos y ciudades, lo que pone en riesgo el agua y las condiciones sanitarias.
Hamás sigue luchando en algunas zonas, en particular en la zona del campo de refugiados de An Nuseirat y en Rafah. Los bombardeos por tierra, mar y aire continúan en amplias zonas de Gaza, lo que sigue provocando decenas de muertos y decenas de miles de desplazados, según el mismo informe. Las infraestructuras civiles siguen siendo dinamitadas por el Ejército israelí. Solo en los últimos tres días, han muerto 393 palestinos más y 1.182 han resultado heridos.
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Hay un millón de personas desplazadas. Ese es ahora “el epicentro del seísmo traumático para los civiles gazatíes”, según el subsecretario de la ONU Martin Griffiths. Hay al menos 120 israelíes aún secuestrados por Hamás, se desconoce cuántos de ellos están con vida.