En una cara, muestran victorias complicadas en Copa del Rey para seguir avanzando hasta cuartos de final. En la otra, decepciones constantes en Liga asoman para acercarse peligrosamente al abismo del descenso. Ambas personalidades responden a una misma identidad. Esta es la nueva realidad del Sevilla.
El equipo andaluz volvió a mostrar su mejor carácter en Copa del Rey para vencer al Getafe en El Coliseum Alfonso Pérez (1-3). El equipo de Quique Sánchez Flores disputó uno de los partidos más completos de la temporada para avanzar a cuartos de final de una competición que parece gustar a los hispalenses.
El equipo de Nervión se mostró seguro en su propuesta, liderados por un gran Sergio Ramos que anotó uno de los tres goles de los hispalenses en Getafe. El central no fue el único gran protagonista del encuentro, con el canterano Isaac Romero como gran revelación del partido con dos goles.
Dos caras de la misma moneda
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La cara reluciente del equipo sevillista en Copa contrasta con las decepciones constantes en Liga. Si en la competición del KO los hispalenses sacan adelante sus partidos con solvencia, en el campeonato liguero las victorias parecen no llegar. El descenso está a solamente un punto, un abismo que sería catastrófico para la entidad.
El panorama próximo no parece ser más reconfortante para el equipo hispalense. En poco más de un mes, deberán disputar sus compromisos contra equipos como Girona, Osasuna, Rayo Vallecano, Atlético, Valencia, Real Madrid o Real Sociedad. La necesidad de replicar las buenas sensaciones vistas en Copa es urgente, una obligación que deben cumplir para evitar la gran hecatombe que supondría un descenso a Segunda División.