Xavi Hernández fue víctima de la tensión que se respiraba sobre el terreno de juego. El partido transcurría por el minuto 55 del encuentro cuando el polémico colegiado rumano István Kovács decidió expulsar al técnico a indicaciones del cuarto colegiado.
El entrenador del Barça no pudo contener los nervios después de la enésima decisión arbitral a favor del PSG. El colegiado se sacó de la manga una más que rigurosa falta de Frenkie de Jong en el centro del campo y Xavi se incendió.
El egarense protestó mucho y golpeó uno de los carteles publicitarios con una patada. El cuarto árbitro en vez de tener empatía por el contexto del partido decidió avisar al primer colegiado para que mostrara la tarjeta roja.
Su segundo entrenador, Òscar Hernández, tuvo que dirigir de nuevo al equipo, pero el colegiado no consiguió calmar los nervios. No dudó en señalar un penalti de Cancelo, pese a que tocó claramente el balón y decidió no penalizar una entrada de Marquinhos sobre Gündogan en el interior del área.
En ese momento, el delegado Carlos Naval, también protestó y el árbitro volvió a reaccionar con una tarjeta roja. El veterano responsable de logística del equipo tuvo que marcharse antes de tiempo por una queja no demasiado exagerada.
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En definitiva, Kovács resultó determinante para que el encuentro se complicara mucho para el FC Barcelona.