Críticas de entidades y profesionales por la falta de concreción del Plan contra el suicidio

Los datos son contundentes: los pensamientos suicidas y los intentos de quitarse la vida han crecido notablemente después de la pandemia. Ante ello, la evidencia es que el entorno influye tanto o más que los trastornos mentales, a la hora de plantearse el suicidio. El entorno beneficia, como cuando durante el confinamiento se genera una relación estrecha entre los miembros de la familia; y el entorno socio económico de crisis posterior puede perjudicar. En este segundo caso es en el que las entidades y los profesionales claman por una actitud preventiva y de trabajo conjunto no solo de médicos sino de otros agentes como la familia, la escuela o la empresa. La crítica a la falta de acción de los políticos es contundente.

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