Doha aún debe decidir si cerrará la oficina de Hamás en la capital de Qatar, ya que cuestiona tanto el compromiso del grupo palestino como de Israel de alcanzar un acuerdo de alto el fuego con rehenes en la Franja de Gaza, afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Qatar ha estado bajo presión de Israel y de políticos estadounidenses por sus vínculos con el grupo palestino. Pero anunció el martes que no será necesario cerrar la oficina política de Hamás en Doha siempre que los canales de comunicación permanezcan abiertos.
“Si la oficina está desempeñando ese papel, como sucede con los esfuerzos de mediación que están en curso, entonces no hay justificación para poner fin a la presencia de la oficina (de Hamás) en Doha”, dijo el portavoz Majed Al Ansari en una conferencia de prensa el martes.
“Hacemos un llamado a ambas partes para que muestren más flexibilidad y seriedad en las negociaciones”, añadió Ansari.
El primer ministro qatarí, jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, ha expresado recientemente su preocupación por el estado actual de los esfuerzos de mediación internacional encabezados por Doha para ayudar a alcanzar un acuerdo sobre la liberación de rehenes y un alto el fuego entre Israel y Hamas en el enclave asediado.
Qatar ha estado trabajando para tratar de mediar en un acuerdo durante los siete meses de combates en Gaza. Sin embargo, todavía no hay señales de ningún avance en las negociaciones, ya que Israel y Hamás se niegan a avanzar en condiciones que la otra parte declara inaceptables.
Mientras continúan las interminables conversaciones, mediadas por Qatar y Egipto, el ejército israelí ha continuado con mortíferas operaciones militares dentro del pequeño enclave, que sigue bloqueado.
Más de 34.000 palestinos en Gaza han sido asesinados, mientras que la población de 2,3 millones de personas ha quedado en condiciones terribles, en medio de escasez de alimentos, refugio y medicinas.
Mientras tanto, el grupo armado continúa reteniendo a más de 100 cautivos tomados de Israel durante su incursión en la frontera norte del enclave el 7 de octubre, en la que murieron más de 1.100.
Un acuerdo anterior de noviembre contemplaba la liberación de 81 israelíes y 24 extranjeros a cambio de 240 palestinos, entre ellos 71 mujeres y 169 niños.