Tres miembros de la Hermandad Aria son culpables de todo mientras el largo juicio RICO llega a su fin

SACRAMENTO — Tres miembros de la Hermandad Aria han sido declarados culpables de operar una organización criminal, luego de un largo juicio que expuso secretos de ambos lados de la ley.

Ronald “Renegade” Yandell, Danny Troxell y William Sylvester fueron declarados culpables de cargos federales relacionados con sus roles de liderazgo en la pandilla carcelaria compuesta exclusivamente por blancos. Los tres fueron declarados culpables de conspiración para cometer asesinato y extorsión, mientras que Yandell fue declarado culpable de participar en la distribución de drogas y de unirse a Sylvester en complots para contrabandear a prisión.

La defensa de Yandell fue doble; sus abogados acusaron a los funcionarios penitenciarios y a las autoridades federales de tomar represalias contra él por su activismo político mientras estaba tras las rejas, que incluyó trabajar en una huelga de hambre masiva encabezada por prisioneros para poner fin al régimen de aislamiento. También culpó a un miembro fallecido de una pandilla desertora, Gary Littrell, por ordenar el asesinato de un ex miembro de San Quentin Six que había sido objetivo de las pandillas carcelarias durante años.

El abogado de Sylvester argumentó que cuando Sylvester y otro hombre apuñalaron fatalmente a otro recluso en la Prisión Estatal de California, Sacramento, fue motivado por su disgusto por un “conocido abusador de niños”, no por una razón relacionada con pandillas, como afirman los fiscales. El abogado de Troxell describió a su cliente como un pacificador que utilizó su estatus influyente para suspender asesinatos, no ordenarlos.

El juicio duró casi tres meses y proporcionó una visión general de arriba a abajo del funcionamiento interno de la Hermandad Aria, una pandilla que, según los fiscales, controla a la mayoría de los reclusos blancos en las prisiones de California, además de participar en varios esfuerzos para traficar metanfetamina y heroína en el exterior. La evidencia incluía las propias palabras de los acusados, grabadas durante una operación de escucha telefónica de dos meses dirigida por la DEA.

La amplia gama de testigos incluyó a ex prisioneros de bajo nivel que actuaban como mensajeros de drogas, así como al jefe de las prisiones de California, Jeffrey Macomber, quien testificó como testigo de la defensa citado a comparecer sobre las advertencias que recibieron las autoridades ante un miembro de la Familia Guerrilla Negra llamado Hugo “Yogi”. Pinell fue asesinado por dos miembros de la Hermandad Aria que se ganaron su camino hacia la pandilla cometiendo el apuñalamiento en prisión.

Los miembros del jurado también escucharon a ex miembros de pandillas que fueron acusados ​​como coacusados, como el cofundador de una pandilla de cabezas rapadas con sede en el condado de Orange conocida como Public Enemy Number One, o PENI, hasta un traficante de heroína y ex miembro de la Hermandad Aria que testificó que Ganó muchísimo dinero durante años desde su celda de prisión, mediante el uso de teléfonos celulares de contrabando para dirigir negocios de drogas en el exterior.

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